Todos sabemos que nuestro cuerpo transmite energía. En todo momento empleamos esa energía. Esta energía tiene relación directa con unas leyes universales. Las más importantes son la llamada ley de atracción, la de correspondencia y la de compensación.
Todos podemos trabajar con una capacidad infinita, pero guiados por estas leyes.
La de atracción, se manifiesta cuando sentimos que muchas cosas llegan porque las atraemos, pero sólo se atrae lo que merecemos, lo que siembras en esta vida y antes de llegar al planeta. Recibes siempre lo que te corresonde, sea positivo o negativo, bueno o malo. Existe una atracción inconsciente, deja que tus pensamientos fluyan libremente. También existe una atracción consciente: manejas tus pensamientos y los enfocas en algo para atraerlo a tu vida.
Cada pendamiento positivo llama a tu vida cosas positivas. Si piensas en bienestar atraes más bienestar, si piensas en deudas, más deudas atraerás. Pero realmente si deseas progresar, tu misión es cultivar buenas emociones: ternura, afecto, perdón, entrega, generosidad, compasión, servicio, paz. Debemos aceptar que nosotros mismos somos los fabricantes de nuestra propia realidad con base en lo que pensamos y hacermos, de igual manera sentiremos.
En todo momento estamos transformando nuestra vida y poseemos la energía suficiente para cambiar una realidad oscura por una realidad luminosa y serena. Lo que necesitamos es sembrar con amor para merecerlo.
Para mejorar tu actitud, debes seguir estos pasos:
- Definir con exactitud lo que quieres atraer.
- Haz una imagen mental y visualiza cada día tu sueño.
- Elige una hora calmada del día, relájate y dedica 10 o 20 minutos a visualizar con fe tu meta y dar gracias por lograrla.
Debes practicar sin cesar y estar en sintonía con Dios para no atraer únicamente lo material.
De lo que realices, dependerá lo que recibas en compensación, ley que va atada a las primeras.
Tulio Tovar Narváez
Consultor Empresarial Certificado
Cali, Colombia - Octubre 1o de 2010
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